viernes, 10 de mayo de 2019

Otro día del libro



Alumnos de Literatura Universal han montado un espectáculo en torno a Machado y con la excusa del Día del libro lo han presentado a sus compañeros de 2º de Bachillerato

LUCÍA MARÍN, 1º BTO B
Todo empezó cuando en clase nos dijeron que el día 26 de abril era el día del libro en el instituto, y aprovechando el aniversario de la muerte de Antonio Machado, surgió la idea de cambiar el clásico Quijote, que leían los alumnos de segundo de bachiller, por algunos poemas del poeta.
Con esa idea en la cabeza, comenzamos a pensar cómo hacer las lecturas de los poemas más amenas y divertidas. Fueron surgiendo ideas de cómo podíamos hacerlo, hasta que llegamos a una idea que nos gustó a todos: hacer una pequeña obra de teatro.
Nos dividimos las tareas y acordamos que dos compañeros serían los “gendarmes” y protagonistas de la representación, mientras que el resto seríamos quienes dieran voz a los poemas de Machado.
Cada uno debía elegir los poemas con los que más cómodo se sintiera y que más le gustase, y una vez elegidos los ordenamos para hacer un recorrido por toda su vida. Una vez tuvimos los poemas elegidos tuvimos que hablar con los compañeros que harían de policías, ya que ellos serían los “cimientos” de la obra.
Una vez el guión de la conversación entre los gendarmes estuvo listo, solo hubo que integrar los poemas en el lugar donde mejor encajasen para la representación. Así acordamos que los dos policías harían una obra encontrando el cadáver de Machado y haciendo el acta, mientras que el resto solo nos levantaríamos cuando fuera nuestro turno y recitaríamos los poemas elegidos.
La verdad es que el día de la representación, todos estábamos con los nervios a flor de piel, en mi caso, apenas podía dejar de temblar, y el corazón me iba a toda velocidad. Nunca me ha gustado hablar en público, siempre has ido algo que me ha dado respeto y me provoca un nudo en el estómago.
Pero al final es que en el momento de la verdad, quitando que al principio no dejaba de temblar, me levanté a leer, y todo fue mucho menos nervioso de lo que había pensado. Cuando todo acabó me sentí muy orgullosa por el resultado, pero lo que más sentí fue alivio.