Alumnos de Literatura Universal han montado un espectáculo en torno a Machado y con la excusa del Día del libro lo han presentado a sus compañeros de 2º de Bachillerato |
LUCÍA MARÍN, 1º
BTO B
Todo empezó cuando
en clase nos dijeron que el día 26 de abril era el día del libro en
el instituto, y aprovechando el aniversario de la muerte de Antonio
Machado, surgió la idea de cambiar el clásico Quijote, que leían
los alumnos de segundo de bachiller, por algunos poemas del poeta.
Con esa idea en la
cabeza, comenzamos a pensar cómo hacer las lecturas de los poemas
más amenas y divertidas. Fueron surgiendo ideas de cómo podíamos
hacerlo, hasta que llegamos a una idea que nos gustó a todos: hacer
una pequeña obra de teatro.
Nos dividimos las
tareas y acordamos que dos compañeros serían los “gendarmes” y
protagonistas de la representación, mientras que el resto seríamos
quienes dieran voz a los poemas de Machado.
Cada uno debía
elegir los poemas con los que más cómodo se sintiera y que más le
gustase, y una vez elegidos los ordenamos para hacer un recorrido por
toda su vida. Una vez tuvimos los poemas elegidos tuvimos que hablar
con los compañeros que harían de policías, ya que ellos serían
los “cimientos” de la obra.
Una vez el guión de
la conversación entre los gendarmes estuvo listo, solo hubo que
integrar los poemas en el lugar donde mejor encajasen para la
representación. Así acordamos que los dos policías harían una
obra encontrando el cadáver de Machado y haciendo el acta, mientras
que el resto solo nos levantaríamos cuando fuera nuestro turno y
recitaríamos los poemas elegidos.
La verdad es que el
día de la representación, todos estábamos con los nervios a flor
de piel, en mi caso, apenas podía dejar de temblar, y el corazón me
iba a toda velocidad. Nunca me ha gustado hablar en público,
siempre has ido algo que me ha dado respeto y me provoca un nudo en
el estómago.
Pero al final es que
en el momento de la verdad, quitando que al principio no dejaba de
temblar, me levanté a leer, y todo fue mucho menos nervioso de lo
que había pensado. Cuando todo acabó me sentí muy orgullosa por el
resultado, pero lo que más sentí fue alivio.